Por ROBERTO MELENDEZ S.
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Encabezado por los estados de Jalisco, Michoacán, Puebla, Nuevo León y la Ciudad de México, nuestro país ocupa el sexto lugar en el robo, falsificación y venta de medicamentos robados, los que se expenden “abiertamente” en mercados, tianguis y, la mayor de las veces, vía internet. Se estima que éste ilegal práctica, que afecta a laboratorios, farmacias y centros comerciales, ocasiona pérdidas económicas anuales por casi 20 mil millones de pesos. “Es más productivo robar o asaltar un laboratorio o farmacia que un banco, ya que en las primeras hay medicinas de patente, sobre todo contra el cáncer, con valor de miles de pesos”, refieren estudiosos en la materia.
De acuerdo a estudios realizados por organizaciones vinculadas con medicamentos y fármacos, el 80 por ciento de la comercialización de estos productos, incluidos los apócrifos y caducados, se realiza vía Internet y durante el último lustro corporaciones policiales cibernéticas han detectado e inhabilitado nueve mil portales o páginas en las que se anunciaba la venta de esos productos, por lo que es urgente redoblar acciones para combatir dicha práctica.
Se estableció que China, Rusia, Estados Unidos, India y Brasil ocupan los cinco primeros lugares en la comercialización de medicamentos robados y falsificados, seguidos por México, donde se expenden incluso, en tianguis y mercados, medicinas robadas a instituciones oficiales relacionadas con la salud, así como fármacos caducados. “La salud de millones de enfermos, en particular de pocos recursos económicos, está en serio peligro ya que lejos de mejorar su salud la misma se dilapida y estimamos que no son pocos los decesos por tales hechos”.
Asimismo, se reconoció que son las medicinas para atender y combatir el cáncer las que mayor demanda tienen y que en buena parte se debe a la escasez de los mismas en el mercado formal. “Si bien es cierto que la ciudad de México ocupa el quinto lugar en la comercialización de dichos artículos, la posición es significativa, ya que dicha acción va en aumento. Resulta imperativo que las autoridades, tanto asistenciales como ministeriales y policiales, intensifiquen sus acciones contra esos mercaderes de la salud, a quienes poco o nada les interesa la vida de los afligidos y necesitados enfermos”.
Se estableció que en llamado “robo hormiga” es una de las principales prácticas en el hurto de medicamentos de laboratorios, hospitales y farmacias y que en las mismas no sólo están relacionados empleados de esas instituciones, sino también personal de supuesta seguridad. Por lo que éstos deben ser investigados a fondo antes de contratarlos”. Cabe señalar que la Secretaría e Seguridad y Protección Ciudadana de la Federación ya prepara oficiales que, como ocurre con corporaciones policiales estatales, se harían cargo de la vigilancia y seguridad de dichos establecimientos.
Trascendió que corporaciones policiales estatales y federales realizan investigaciones especiales, en las 32 entidades federativas, relacionadas con la instalación de laboratorios clandestinos en los que se elabora, a gran escala, como ocurre con los de metanfetaminas de la delincuencia organizada, diversos medicamentos, los que no tienen ningún beneficio. En no pocas ocasiones, los falsificadores omiten poner en loe envases las propiedades de las supuestas medicinas, las que son adquiridas por familiares de enfermos por sus “accesibles precios”, acotan los analistas, entre ellos el penalista Enrique Fuentes Ladrón de Guevara.
“La problemática es grave y por ello las autoridades competentes deben de instrumentar mecanismos en los que se sancione con mayor severidad a ese tipo de delincuentes, ya que la vida de miles de seres humanos, de enfermos, están en serio peligro. Las pérdidas económicas de laboratorios, farmacias y hospitales son significativas, pero nada comparadas con los daños de quienes consumen los medicamentos falsificados”, acota el litigante.