A pesar de la avalancha de noticias de las últimas semanas, la ciguatera no es algo novedoso o que acabemos de conocer. En realidad, esta intoxicación es bien conocida en países tropicales y subtropicales por todo el mundo. La cuestión ahora es que, probablemente por el cambio climático y por otros factores, como la importación de pescado procedente de estas regiones, este problema se empieza a presentar también en zonas con aguas más frías.
La gran diferencia con el anisakis es que las toxinas que provocan ciguatera no se evitan con los métodos tradicionales de prevención, como el congelado. En la actualidad contamos con métodos de eliminación de anisakis bastante eficaces: la exposición del pescado a temperaturas inferiores a los 60 ºC bajo cero elimina las larvas de anisakis en apenas unos minutos, el cocinado a temperaturas superiores a 80 ºC, la salazón y otras conservas también son medios efectivos.
Sin embargo, ninguno de estos medios que funcionan con el anisakis aseguran la eliminación de las toxinas que provocan la ciguatera. Para complicarlo aún más, los pescados afectados por estas ciguatoxinas no presentan características que las diferencien de pescados “sanos”: No huelen mal, no poseen un color diferente…
¿Qué síntomas presenta la ciguatera?
El abanico de síntomas es muy amplio, lo que complica su detección. En su blog, la doctora en Farmacia y nutricionista Marián García, explica que durante las primeras 12 horas tras la ingesta del pescado con toxinas pueden aparecer problemas gastrointestinales (como diarrea, vómitos o náuseas), algunos trastornos neurológicos como la alodinia, disestesia o la pérdida de sensibilidad en las extremidades e incluso problemas cardiovasculares.
Los síntomas suelen remitir al cabo de unos días, pero siempre es aconsejable acudir al médico con una muestra del pescado que se ha consumido, ya que en la actualidad aún no contamos con un método de detección, ni siquiera con una cura completa y efectiva más allá del análisis del pescado ingerido y el tratamiento de los síntomas aislados que presenta el paciente.
¿Debo preocuparme? ¿Hay alguna alerta activada por estas intoxicaciones?
No, rotundamente no. El exceso de noticias sobre el tema puede llevar a creer que es un problema extendido, sin embargo, en Europa apenas se han registrado unas pocas intoxicaciones por esta causa.
En Canarias, la comunidad más afectada, se han detectado un centenar de casos en los últimos años (2008-2015) y asociada a pescados grandes, como medregal o mero, ya que por su tamaño tienen más posibilidades de acumular una mayor cantidad de neurotoxinas.
Lo que sí es conveniente es que las autoridades sanitarias empiecen a tomar las medidas necesarias para conseguir métodos de detección de estas toxinas. El propio Ministerio de Sanidad no considera que la ciguatera sea un problema grave, de hecho, las posibilidades de resultar intoxicado son mínimas, pero sí advierte que estamos ante un riesgo emergente en toda la Unión Europea.
Más investigación, más ciencia, más inversión en estudios y análisis, y una buena planificación por parte de las autoridades pueden ahorrarnos muchos quebraderos de cabeza en el futuro.