La Comuna
Reynosa: viene la segunda temporada
José Ángel Solorio Martínez
Lo dicho: Reynosa, no verá gobernabilidad en el tiempo mediato ni inmediato. Los factores de poder, están tan confrontados, que el bando de los Makyiavélicos, tendrá ante si desafíos de toda naturaleza. El más reciente indicio del permanente conflicto en la mega ciudad tamaulipeca, es la emergencia del morenista –antes panista, y más antes priista–, José Ramón Gómez Leal, con traje de opositor del alcalde Makyito Peña Ortiz.
El JR, no se anduvo con rodeos: acusó directamente a la familia Peña Ortiz, de saquear la ciudad; sólo en el rubro del cobro a los comerciantes ambulantes, esa estirpe se lleva varias decenas de millones de pesos a la bolsa sin notificarlos en la cuenta pública y menos en los ingresos del Ayuntamiento.
La denuncia del candidato a senador, sólo se puede entender, en el entorno de choque de los diferentes factores de poder reynosenses, que piden y claman por la alternancia en la presidencia municipal, que de ganar de nueva cuenta la alcaldía Makyito, serían 10 años de dominio makyiavélico en el municipio.
Muchos años de espera.
La Makyiavélica, no quiere dejar de bailar; y para acabarla, va por la senaduría.
La denuncia de Gómez Leal, se suma a la cifra completa de los grupos de poder municipales, que ya se sienten incómodos con la presencia del hijazo de la vidaza de la doctora Ortiz Domínguez al frente del Ayuntamiento.
La embestida del JR, no es circunstancial; y menos de chiripa.
Una explicación del nuevo escenario de crispación reynosense, es la emergente coalición: Olga Sosa-Gómez Leal.
En efecto: los morenistas, vislumbran que la llegada al senado de la Makyiavélica mayor, complicaría una sucesión para la cual ellos están preparados: si es para una mujer, iría Olga; si es para hombre –o algo que se le parezca– es para JR.
El asunto se pone más peliagudo para los morenistas: si las cosas son como perecen ser, –la llegada de nueva cuenta de Makyito a la alcaldía– le daría potencia a la ex alcaldesa reynosense: tendría a su disposición una caja chica de más de 2 mil millones de pesos al año en el Ayuntamiento reynosense.
¿Hay otra fundamentación más racional, de las conductas rijosas del JR?
Otra: es muy probable que el cabecismo, esté detrás de esa estrategia para debilitar tanto a Makyito como a su amada autora de sus días. La cercanía de Sosa, con el ex gobernador García Cabeza de Vaca, está más que documentada.
Y cuando el pleito es entre mulas, nada más las patadas se oyen.
Digámoslo: la riña es entre dos de los más protagónicos grupos delincuenciales de Reynosa.
Ni a cuál irle.
Los Makyiavélicos andan perseguidos por la justicia estatal –Makyito y su papá tienen sendas investigaciones por lavado de dinero y otras lindezas–; los Cabeza de Vaca, andan a salto de mata de la Fiscalía federal que quieren echarles el guante por enriquecimiento inexplicable –para los tamaulipecos es totalmente, explicable–.
Es decir: entre ambas pandillas, la única diferencia, es el monto con el cual se le bañaron al presupuesto de los reynosenses y de tamaulipecos.
Otro elemento que enturbiará el ambiente local, es el problema legal del alcalde reynosense: la orden de aprehensión sigue vigente; un juez, recientemente determinó que los amparos que intentaba obtener el hijazo de su vidaza, no procedían.
Mas claro: Makyito, sigue siendo un prófugo de la justicia.
¿Tiene arreglo Reynosa?
No en el corto plazo.
Preparémonos: viene la segunda temporada.