La Comuna El rescate de Reynosa José Ángel Solorio Martínez

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El rescate de Reynosa

José Ángel Solorio Martínez


Por fin la IV T y su Segundo Piso, metió sus manos en Reynosa, Tamaulipas. Primero: la presidenta Claudia Sheibaum Pardo decidió darle seguimiento personal al fenómeno de la ingobernabilidad de la ciudad y el gobernador Américo Villarreal Anaya optó por realizar cambios en la red de estatal del gobierno en ese complicado territorio.
La presidenta, tras los sensibles señalamientos ciudadanos contra el alcalde Makyito Peña Ortiz dio línea para que la entrega de apoyos a los damnificados de la tromba pasada, fuera directamente a manos de los afectados.
Sin intermediarios.
Sin el pavoneo -muy afecto de Makyito- de la primera autoridad municipal.
Es una clara señal de la pérdida de confianza ciudadana del jefe edilicio.
Y la pérdida de consensos.
La ira social, alimentada por las insensateces del hijazo de la senadora Maky Ortiz Domínguez, ha ido creciente; es inocultable y cada día más evidente. No hay evento público partidista donde no se le menosprecie e insulte.
Sembró odios -les dijo perros a sus detractores- y está cosechando tempestades: ¡Fuera Makyito! ¡No más Doritos y Coca!
El edil quedó casi aniquilado.
Ya preparaba la maleta de dólares para comprar la candidatura para uno de sus afines en cualquier organización política. En MORENA, en el PT o en el MC.
Tiene opción en la más frágil: MC.
Y la más desestructurada.
Es decir: cada día que transcurre, el escenario local amaga con digerirlo: no se ve una salida digna para Makyito y su clan.
La IV T en la región ha trazado una estrategia para el reemplazo de la red de autoridad de los Makyiavélicos. El exalcalde Humberto Valdez Richaud se incorporó como titular de la Oficina Fiscal en Reynosa, supliendo al abogado Marcelo Olán Mendoza; se espera un ascenso para este último.
Parece un cambio de hombres.
Sí.
Sí, lo es.
Lo que encarna el movimiento, es el inicio real de la operación rescate de Reynosa; es la señal de que va en serio la transformación de la ciudad, gobernada por una casta divina protegida, tanto por los poderes facticos como por el guachicol.
Es conocida la historia de cómo el cerdo suelta la mazorca; por esa circunstancia, se espera que la lucha por la ciudad el 2027 sea de pronósticos reservados porque los Makyiavélicos no entregarán un cargo que consideran le heredó dios.
Las acciones de los opositores a la familia Ortiz Domínguez no acabaron con ellos; fueron sus propios errores y la soberbia, que les alimentó la ambición y los hizo creerse irreemplazables.
La venganza será dulce; dirán: a chillidos de marrano, oídos de matancero.



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